Intento N°4: El trabajo más difícil del mundo
Como en una película de vaqueros, entré a los tiros, salvo por el detalle de no tener armas de fuego. Entrar e irrumpir la "fiesta", dármelas de heroico y salvar a la chica parecían cosas muy banales y hasta fáciles en los juegos, pero no en la vida real, rápidamente me rodearon los dos primeros, entre golpes y agarres casi me tiran al suelo, de no ser porque estábamos en un lugar algo pequeño me hubiera ido peor, apoyándome contra las paredes me los fui quitando de a uno, en un momento sentí el golpe y el arrastre hasta uno de los muebles el cual impacté con todo el brazo derecho para evitar el daño colateral, lamentablemente sentí un asqueroso dolor del cual apenas podría recordar(eso sí que dolió enserio), en eso, debía admitir que la mejor manera de evitarme esto era no haberle sacado la vista a Sharlod, si no se me hubiera escapado no estaría metido en esta mierda, okay, a lo que sigue.
-Tus amigos cayeron, te lo vuelvo a repetir, dame a la pendeja y nos vamos todos contentos. -Pestañeaba bastante por la sangre brotada de un corte en mi frente y desembocaba en mi ojo izquierdo, el pibe se adelantó con pasos firmes, no dijo nada, solo reaccionó como todos reaccionarían y el hijo de puta me atacó, no tardamos en tirar casi todo al piso, incluyéndonos. El tipo era alto por lo que eventualmente me podía someter si quisiera, los detalles cuentan mucho a la hora de realizar un plan y seguramente él no notó el detalle del cinturón, aunque tuve que sacrificar mi rostro para lograr suprimirlo, una vez reducido comenzó el interrogatorio.
-Bien, ¿qué mierda haces acá, pendejo? ¡Contesta!.
-Ugg... qué te importa.
-Medí bien lo que decís, el oxígeno no es gratis. -en efecto, el flaco estaba jodido, el cinturón apretaba y no pensaba soltarlo.
-Solo... solo....
-A ver, ¿dijiste algo?
-Solo pa... pasábamos por acá... nada m... más... ahg.
-Lo hubieran pensado cinco veces pendejo, nos vemo' en Disney.
El pibe colapsó, hace rato había dejado de patalear, lo dejé en el piso y mientras confirmaba que tenía pulso miré a Sharlod. Levantándome, me dirigí medio tambaleando y apoyándome en la mesa la observé, luego avisté a los inconscientes chicos en el piso, y volví a voltear hacía ella.
-Decime la verdad... -le dije- ¿Admiradores?, porque para ser muy bajita rompes demasiados corazones. -Posandome una fija mirada de desgano siguió absorta de toda palabra en su boca, parecía una "alma en pena" por lo callada, yo proseguí. -Ay... Sharlod, en primer lugar no tendrías que haberte ido sola, es peligroso, el viejo forro de Nadal lo advirtió, ¿qué hubiese pasado si no hubiera llegado?... -Seguía mirándome sin decir nada, luego de repetírselo, tampoco oí respuesta. Era de locos verla ahí sin palabras y semidesnuda era magistralmente tentador para cualquiera, conservando la calma proseguí a señalarle que se vistiera. Sin encontrar respuesta, la vestí como pude, bueno, quedó más o menos bien, un poco desabotonada la camisa pero a la mierda, solo quiero irme a mi casa, estaba cansado, adolorido y extrañamente ansioso, la cosa no mejoró aunque seguramente no podría ponerse peor.
En eso, noté que había mucha tranquilidad, todo calmo, parecía el episodio previo a la tormenta aunque despejé mis dudas con una simple especulación, todo el bardo generado por estos cuatro pendejos que salieron de quien sabe donde carajo, luego la traumatizada Sharlod que no emitía respuesta, ahora mis dolores físicos y quizás próximamente administrativos. En eso, note que ella se incorporó enseguida, eso es pequeña idiota, ya era hora que despertaras.
-¿Te sentís bien? ¿No te hicieron nada, no? ¿Seguís siendo virgen?, ah, bueno es una pregunta boluda porque capaz no lo eras... o mejor dicho, ¿te ultrajaron al final?. -A decir verdad, me dio gracia decirle esto.
-A mi no, pero a vos... -Y mientras decía esto señaló mi hombro derecho, cerca de mi espalda. A plena luz brillaba una hoja metálica injerta en mi piel.
-Mierda, ¿qué carajo pasó? ¿cómo mierda me...? ¿en qué momento me pasó esto?, mierda, ¡ay!, ¡carajo!, duele al tacto. -En efecto, tenía una navaja clavada, no parecía de otro mundo y aun así dolía del re contra carajo, miré a Sharlod como si buscara respuesta, ella se tapó la boca con ambas manos, -¡A la mierda!- dije mordiendo el cinturón de cuero y removiendo el puñal, sentí el frió salir centímetro a centímetro de la carne, la sangre impregnada en el filo, el ardor de la herida.
-Qué hijos de puta, me arruinaron una camisa, "excelente", ¿y vos?, no fue el mejor rescate del mundo, lo sé.
-Gracias, en serio. -Ella parecía más tranquila, como si despertara de un sueño.
-Bien, ¿podes decirme por qué carajos no hacías nada para salir de acá?. Apenas llegué y estabas ahí tirada en la mesa sin hacer nada, ¿sos boluda?, los flacos estos te iban a enfiestar y vaya saber que mierda más hacerte, vos como si nada mirándolos, ¿acaso era una fantasía o algo? ¿qué mierda te pasa?, por favor respondeme. -Pasado el escándalo de mis retos, ella yacía nuevamente sin alma con esos ojos vacíos como faroles sin luz, hasta que pronunció débilmente algunos balbuceos.
-Gra... gracias.
-¿Qué?
-Gracias por salvarme, vi luces entonces subí pensando que quizás era "Watson".
-¿Quién mierda es Watson?
-Mi mascota, mi gato.
-Ah, ¿entonces?
-Entré y me encontré con estos chicos, parecían estar buscando algo también, en ese momento me agarraron.
-¿Buscando algo?
-Así parece.
-Aun así, me parece extraño, ¿cómo habrán entrado?. En fin, lo importante ahora es salir de acá y llamar a la policía... -Es en esos momentos de charla en que todo sucede, la desviación de los eventos actuales me parecían más allá de todo, un cliché, para todo el mundo había un problema y este no dejaba de ser el mío, registrando la habitación, noté que solo estábamos Sharlod y yo, desde la puerta, el muchacho al que había noqueado con el portazo dijo algo que no alcancé a escuchar y luego vi en cámara lenta un mechero encendido que cayó en el piso mojado de "algo", un destello comenzó a correr por el piso, tirándome me empapé con ese líquido cuyo olor a nafta se me hacía familiar. Sharlod salió disparada hacía mí ahogando las pocas llamas que cubrían una pequeña parte de mi espalda con una frazada. Debo decir que fue fracción de segundo para terminar con ese drama, salvo porque ahora ya tenía que tirar esa camisa, era una lástima, era mi preferida. Me tendió una mano y con voz un poco más fuerte me "reto".
-¿Sos idiota?, te estabas quemando, ¿para qué te tiraste? -en eso le señalé un enorme charco cerca de algunos bancos con muchos libros encima, le dije que los huela, no tardó en reconocer el característico aroma de la nafta.
-O sea que te salvé por segunda vez, más te vale que me lo pagues luego, chihuaha tarada. -Irguiéndome, me posé en la ventana que daba al patio, avisté unas sombras que corrían a toda velocidad, eran ellos escapando de la escena del crimen que no fue, menos mal.
-Se escapan. -me advirtió.
-Dejalos, lo importante es que estás en una pieza, ahora rajemos de acá. -El dolor se hacía un poco insoportable al moverme, Sharlod se acercó a mí y posando mi brazo alrededor de ella hizo de apoyo, caminando por el pasillo, nos acercábamos a las escaleras, balbuceó otras cosas más.
-Gracias nuevamente, no se que me paso, sentí miedo, solo eso, no pude moverme por el shock cuando me sometieron, perdón por meterte en ese lío, en serio. -Sentí como su tono se deformaba, noté el punto del llanto, se estaba haciendo moda que las chicas se manden giladas y luego del final del escollo dieran las respectivas disculpas, la interrumpí.
-Está bien, nena, no pasa nada, me alegro que estés bien, solo eso. No hay problema, yo también sentí miedo al ver que estabas en peligro, sabes, esto de ser héroe es doloroso, ay, aunque gratificante. Podría decir que soy afortunado con que estés a salvo... -ella se detuvo en seco- ¿pasa algo?.
-Eh... no, perdón. -Movió la cabeza en respuesta negativa ligeramente.
-Genial, sigamos, además esta pesadilla termino, no puede ponerse peor. -Sharlod, en ese instante me regalo de las más hermosas y relajantes sonrisas que una chica rara como ella puede dar, única como la mala suerte de ciertos eventos que sucedieron posteriormente al segundo.
Luego de que los aspersores contra incendios funcionaran tarde, luego de que nos mojáramos, luego de la intervención de los bomberos, de que la policía me detuviera contra el patrullero, luego de que los paramédicos revisaran mis heridas y luego de que un enojado padre de Sharlod me golpeara la cara junto con un Director de escuela clamando piedad a disculpas casi vergonzosas, luego de todo eso, finalmente me acosté en mi cama, otro día, la misma mierda. Seguía doliéndome el hombro, espero que Nadal no se ponga loco y me grite algo como "¡Arsen, te voy a expulsar!", por alguna razón me reí ciegamente en la oscuridad.
Eso esperé...
-¡¡¡ARSEN, TE VOY A EXPULSAR!!! -Nada cambió.
-Espere... un momento, no terminé de relatar todo el embrollo.
-Ah, no, no, no, usted terminó con esto, ter-mi-nó. -tomando un papel del folio de una carpeta azulada, acomodó sus lentes y prosiguió a leer. -"Un aula desordenada con rastros líquidos, entre ellos sangre y nafta, y otros de índole corporal, se hallaron dos sujetos, hombre y mujer en la escena, se pretendió vandalismo en un principio, luego se caratuló como privación de la libertad y previo acceso carnal por parte del susodicho masculino Arsen, Tadeo. Se confirmó como víctima, una joven de nombre Holmes, Sharlod, ambos alumnos del Instituto..." y todo lo que sigue es un cambio repentino de los hechos, Sharlod dio su versión de lo acontecido y concordó con la tuya, así que su padre decidió absolvernos de los cargos sobre todo los que pesaban en tú persona.
-Bueno, es lo mínimo que podría haber hecho, la salve en dos ocasiones, aparte no es cierto eso de que le quise "entrar", bueno, está buena la pendeja y me gustan las bajitas, pero... como usted sabe yo no tengo gustos tan raros... aunque quizás... mmm, no... pero... no, definitivamente neeeee...
-¡¿Qué decís?!, no terminé de hablar, Arsen. En lo que respecta al Director, está como loco intentando hacer que no saquen a Sharlod del Instituto, no puedo creer que tus tonterías nos cuesten a un alumno tan brillante, además los medios podían haber hecho trizas la imagen del colegio, ¿no pensás acaso en los problemas que podría traernos?. En fin, quizás debamos llevarlo directamente al consejo estudiantil, de esta forma nos cercioramos de que seas juzgado como se debe...
-Perdonen, chicos, dios... como odio estos tacones, mierda... -Pilar aparecía de entre los escritorios, con una queja sobre tacones y unas zapatillas en su mano derecha se acercó a nosotros. -Profesor Nadal, es mi deber comentarle sobre el incidente de anoche, parece ser que se confirmó que unos vándalos estuvieron ayer rondando por el colegio y estos valientes chicos los detuvieron aunque al parecer escaparon, Arsen logró salvar a la señorita Holmes casi sacrificando su vida por ella, su padre está muy agradecido y apenado -se dirigió a mí- por golpearte en el rostro, por otro lado, todo lo referente a su investigación está ya por demás hecha, como de costumbre puede retirarse. -Nadal se adelantó con un tono de reclamo.
-Eh... disculpe rectora, Arsen hizo más que suficiente en todo esto, debe ser juzgado por el consejo.
-Señor Nadal, ¿acaso no ha hecho usted suficiente ya?, somos profesores ante todo, docentes que forman alumnos con la experiencia y la paciencia, no con la rectitud y el mando, ¿está usted cuestionando mis métodos? -Nadal, intranquilo, parecía querer abrir su boca pese a su perturbación por las palabras de la rectora Pilar, aun así se saco los lentes, los empaño y se los volvió a colocar, limpiándose con la mano el poco sudor de su frente, continuó.
-No, Rectora, jamás haría algo similar, mis disculpas, me retiro. -Desviando toda probabilidad de reprimendas, Pilar me había salvado, el jefe de preceptores se desvanecía entre las puertas del aula.
-Gracias por sacarme las papas del fuego, a veces se pone como loco con estas cosas y piensa que cada problema del colegio es mi responsabilidad.
-¿Tu responsabilidad? -Acomodándose las zapatillas, se puso las manos al rededor de su cintura, frunciendo el ceño me observó -¿Qué hay de mí responsabilidad?, ese disturbio casi se jode toda la escuela, lo único que realmente importa es que ustedes dos salieron "casi" ilesos, además, ¿cómo anda tu hombro?
-Bueno, podría decir que cautericé la herida con las llamas cuando me tiré en ellas para cortar el camino de nafta, debo decir que maté dos pájaros de un tiro, dolió como el carajo, más que los golpes que recibí. Y seguramente querrá saber sobre los vándalos, ¿no?, ya dí parte a la policía de todo así puede usted estar tranquila. -Su rostro cambió ligeramente a uno más dubitativo.
-¿Seguro?
-Totalmente. -respondí.
-Si ese es el caso, necesito explicarte un par de cosas.
-Soy todo oídos.
Una vez fuera del bardo, los sermones y el horario escolar, nuevamente me senté en mi ansiado banco en los "suburbios" del colegio(mi lugar de relax) intentando digerir las cosas, escribiendo ideas para mi novela. Estos días se culminaron como "agonizantes" en cierto modo, mi cabeza bombardeada de eventos tragicómicos y una expectante humareda de cosas sin sentido me habían dejado agotado mentalmente, puedo llegar a decir que ser escritor es el trabajo más difícil del mundo porque hasta la fecha no tenia ideas ni inspiraciones cuyas razones derivaban en mi bloqueo artístico. La vida es así, o eso creo. Note un aroma dulzón en el aire, que raro no sabía que en otoño florecían las rosas.
-¿Todavía acá? -Bianca apareció detrás mío con su uniforme característico, su cabello suelto lacio y rojizo parecía mimetizarse con el anaranjado atardecer, un viento levantaba las pocas hojas amarillentas del suelo.
-Si, estaba intentando pensar algo.
-¿Pensas?
-Dale boluda, en serio te digo.
-¿Qué pensas? ¿Sobre los incidentes de ayer?
-¡AH, SÍ! -Me levanté del banco casi exaltado- ...ayer me cagaste la vida con tu llamado.
-¿Yo?, Seguí tus indicaciones al pie de la letra, la culpa es tuya.
-Podrías haberme mandado un texto, ¿no?
-No, dijiste que "te llamara" pasado los quince minutos y bueno, eso hice. Por cierto, felicitaciones por salvar a Sharlod.
-Mierda, ¿qué tanto sabes?
-¿No te enteraste?, todos en el colegio rumorean del anónimo héroe que salvó a una indefensa y glorificada alumna de cuatro desconocidos. A decir verdad para ser un idiota tenes facultades como salvador.
-Ni que fuera Jesús, che. Ah y "por cierto", no la saqué barata gracias a tu ayuda.
-Deberías agradecerme por llamar a los bomberos, a la policía... y no te olvides la ambulancia, aunque había llamado primero a la ambulancia, bueno, andan muy vagos los servicios de salud hoy en día. -Refunfuñé y a regañadientes solté un "Gracias".
-En fin, todo terminó bien... aunque "relativamente", todavía nos falta encontrar a su gato. -Me volví a sentar.
-Mmm, es cierto, se suponía que el objetivo era encontrar su mascota.
-Tal cual, de todas formas, estoy un poco cansado, fue una semana algo complicada.
-"¿Algo complicada?". -Su ironía no me hacía nada mal, pero tampoco nada bien, parecía desmoronarse de la risa tal que se sentó a un lado mío en el banco, intentando acallar sus carcajadas con la mano se forzó a hablar. -No... puedo creer... que tengas ese pensamiento tan tranquilo.
-Tengo que estar tranquilo, mira, no es difícil estarlo en complicaciones todos los días cuando uno ya se ha acostumbrado a eso.
-¿Tuviste algún drama previo a todo esto?
-Bueno, no digo que no... obviamente tampoco soy una persona famosa, aunque, todos tenemos cosas, ¿y vos?, estoy seguro que tendrás algún que otro secreto por ahí. -Mirando al sol morir entre los edificios, ella perdía sus ojos entreabiertos en los árboles aledaños, un sentimiento de extraña soledad inundó sus palabras.
-Tadeo, la gente más desgraciada es aquella que no puede olvidar, absolutamente nada. -Esos ojos me recordaron a algo.
-Me gustaría pensar en todo, ¿sabes?, no debemos esforzarnos más allá de esto. -Me levanté, observé a Bianca como en trance, le extendí la mano. -Por el momento, vamos a arreglar el taller, ¿dale?
El lugar era un verdadero desastre, nos tomó casi una hora dejarlo más o menos como estaba, Bianca resultó ser de más ayuda de lo esperado y todo ya estaba casi listo, en eso mi inquietud tomo forma de nuevo, en eso nuevas dudas reformularon mi mente.
-Realmente fue una noche jodida.
-Supongo, esos chicos se escaparon al final.
-Si y no.
-¿Por?
-Sharlod me comentó que los vió buscando algo acá y la retuvieron al verla. ¿Por qué pasarían de ladrones a violadores?
-Bueno, hoy en día los ladrones son capaces de todo.
-Exacto, pero, ¿sospecharías de unos ladrones de aproximadamente diecisiete años?
-Yo también lo supuse, algo acá anda...
-...mal, créeme que lo sé. Algo acá definitivamente no está bien.
-Te entiendo, no podría explicarlo bien, es como si todo fuera tan...
-...perfecto, ¿no? -Terminé nuevamente la frase de ella.
-Así es, esos chicos estaban buscando "algo acá", lo que nos sugiere pensar qué era y por qué acá.
-¿Se pone interesante, verdad?, ¿qué te hizo pensar aquello?
-Esperaba que me lo preguntaras, mis dudas surgieron a raíz de algunos rumores de fantasmas en los pasillos a la noche, solo un idiota o un supersticioso creería eso. Claro está que yo no lo creí, no existe tal cosa aunque... cabía la posibilidad de que fueran ladrones, nuestro instituto es privado por ende objetos de valor tiene.
-En eso tenes razón, ¿aunque serían ladrones entonces?
-No lo creo, dijiste que ellos eran ladrones, ¿qué podrían robar de acá?, no existe nada de valor relativo. Entonces existe algo de valor pero no como pensamos, ellos buscaban otra cosa.
-Así es, no tiene nada que ver con dinero, ahora deberíamos enfocarnos en el objeto de su interés. -En ese momento, sentí una aparición brusca, una sombra que se abalanzó frente a uno de los muebles y luego descendió directamente en la mesa, Bianca se asustó e instintivamente retrocedió a mis espaldas para abrazarme. Enseguida detecté lo que era un animal.
-¿Un gato?, Bianca, es un gatito no pasa nada.
-Eh... ¿Solo un gato?
-Así es, haceme el favor de soltarme, por favor.
-Ah... eh... cierto, perdón, fue un reflejo.
-Como digas, a ver. -El animal parecía amigable, lamiéndose la garra para lavarse la cara y relamiéndose para repetir el proceso noté su color enteramente negro, al rededor de su cuello un collar del mismo color casi imperceptible. Levanté al gato y todo fue claro para mí. -Puedo decirte dos cosas.
-¿Cuales? -preguntó jugando con uno de sus largos mechones.
-La primera, tu teoría es correcta y la segunda, te quedaste a la mitad.
-¿Entonces? -Pose una mano en su hombro.
-Bianca, ser escritor es el mejor trabajo de mundo.
Continuará.
-Decime la verdad... -le dije- ¿Admiradores?, porque para ser muy bajita rompes demasiados corazones. -Posandome una fija mirada de desgano siguió absorta de toda palabra en su boca, parecía una "alma en pena" por lo callada, yo proseguí. -Ay... Sharlod, en primer lugar no tendrías que haberte ido sola, es peligroso, el viejo forro de Nadal lo advirtió, ¿qué hubiese pasado si no hubiera llegado?... -Seguía mirándome sin decir nada, luego de repetírselo, tampoco oí respuesta. Era de locos verla ahí sin palabras y semidesnuda era magistralmente tentador para cualquiera, conservando la calma proseguí a señalarle que se vistiera. Sin encontrar respuesta, la vestí como pude, bueno, quedó más o menos bien, un poco desabotonada la camisa pero a la mierda, solo quiero irme a mi casa, estaba cansado, adolorido y extrañamente ansioso, la cosa no mejoró aunque seguramente no podría ponerse peor.
En eso, noté que había mucha tranquilidad, todo calmo, parecía el episodio previo a la tormenta aunque despejé mis dudas con una simple especulación, todo el bardo generado por estos cuatro pendejos que salieron de quien sabe donde carajo, luego la traumatizada Sharlod que no emitía respuesta, ahora mis dolores físicos y quizás próximamente administrativos. En eso, note que ella se incorporó enseguida, eso es pequeña idiota, ya era hora que despertaras.
-¿Te sentís bien? ¿No te hicieron nada, no? ¿Seguís siendo virgen?, ah, bueno es una pregunta boluda porque capaz no lo eras... o mejor dicho, ¿te ultrajaron al final?. -A decir verdad, me dio gracia decirle esto.
-A mi no, pero a vos... -Y mientras decía esto señaló mi hombro derecho, cerca de mi espalda. A plena luz brillaba una hoja metálica injerta en mi piel.
-Mierda, ¿qué carajo pasó? ¿cómo mierda me...? ¿en qué momento me pasó esto?, mierda, ¡ay!, ¡carajo!, duele al tacto. -En efecto, tenía una navaja clavada, no parecía de otro mundo y aun así dolía del re contra carajo, miré a Sharlod como si buscara respuesta, ella se tapó la boca con ambas manos, -¡A la mierda!- dije mordiendo el cinturón de cuero y removiendo el puñal, sentí el frió salir centímetro a centímetro de la carne, la sangre impregnada en el filo, el ardor de la herida.
-Qué hijos de puta, me arruinaron una camisa, "excelente", ¿y vos?, no fue el mejor rescate del mundo, lo sé.
-Gracias, en serio. -Ella parecía más tranquila, como si despertara de un sueño.
-Bien, ¿podes decirme por qué carajos no hacías nada para salir de acá?. Apenas llegué y estabas ahí tirada en la mesa sin hacer nada, ¿sos boluda?, los flacos estos te iban a enfiestar y vaya saber que mierda más hacerte, vos como si nada mirándolos, ¿acaso era una fantasía o algo? ¿qué mierda te pasa?, por favor respondeme. -Pasado el escándalo de mis retos, ella yacía nuevamente sin alma con esos ojos vacíos como faroles sin luz, hasta que pronunció débilmente algunos balbuceos.
-Gra... gracias.
-¿Qué?
-Gracias por salvarme, vi luces entonces subí pensando que quizás era "Watson".
-¿Quién mierda es Watson?
-Mi mascota, mi gato.
-Ah, ¿entonces?
-Entré y me encontré con estos chicos, parecían estar buscando algo también, en ese momento me agarraron.
-¿Buscando algo?
-Así parece.
-Aun así, me parece extraño, ¿cómo habrán entrado?. En fin, lo importante ahora es salir de acá y llamar a la policía... -Es en esos momentos de charla en que todo sucede, la desviación de los eventos actuales me parecían más allá de todo, un cliché, para todo el mundo había un problema y este no dejaba de ser el mío, registrando la habitación, noté que solo estábamos Sharlod y yo, desde la puerta, el muchacho al que había noqueado con el portazo dijo algo que no alcancé a escuchar y luego vi en cámara lenta un mechero encendido que cayó en el piso mojado de "algo", un destello comenzó a correr por el piso, tirándome me empapé con ese líquido cuyo olor a nafta se me hacía familiar. Sharlod salió disparada hacía mí ahogando las pocas llamas que cubrían una pequeña parte de mi espalda con una frazada. Debo decir que fue fracción de segundo para terminar con ese drama, salvo porque ahora ya tenía que tirar esa camisa, era una lástima, era mi preferida. Me tendió una mano y con voz un poco más fuerte me "reto".
-¿Sos idiota?, te estabas quemando, ¿para qué te tiraste? -en eso le señalé un enorme charco cerca de algunos bancos con muchos libros encima, le dije que los huela, no tardó en reconocer el característico aroma de la nafta.
-O sea que te salvé por segunda vez, más te vale que me lo pagues luego, chihuaha tarada. -Irguiéndome, me posé en la ventana que daba al patio, avisté unas sombras que corrían a toda velocidad, eran ellos escapando de la escena del crimen que no fue, menos mal.
-Se escapan. -me advirtió.
-Dejalos, lo importante es que estás en una pieza, ahora rajemos de acá. -El dolor se hacía un poco insoportable al moverme, Sharlod se acercó a mí y posando mi brazo alrededor de ella hizo de apoyo, caminando por el pasillo, nos acercábamos a las escaleras, balbuceó otras cosas más.
-Gracias nuevamente, no se que me paso, sentí miedo, solo eso, no pude moverme por el shock cuando me sometieron, perdón por meterte en ese lío, en serio. -Sentí como su tono se deformaba, noté el punto del llanto, se estaba haciendo moda que las chicas se manden giladas y luego del final del escollo dieran las respectivas disculpas, la interrumpí.
-Está bien, nena, no pasa nada, me alegro que estés bien, solo eso. No hay problema, yo también sentí miedo al ver que estabas en peligro, sabes, esto de ser héroe es doloroso, ay, aunque gratificante. Podría decir que soy afortunado con que estés a salvo... -ella se detuvo en seco- ¿pasa algo?.
-Eh... no, perdón. -Movió la cabeza en respuesta negativa ligeramente.
-Genial, sigamos, además esta pesadilla termino, no puede ponerse peor. -Sharlod, en ese instante me regalo de las más hermosas y relajantes sonrisas que una chica rara como ella puede dar, única como la mala suerte de ciertos eventos que sucedieron posteriormente al segundo.
Luego de que los aspersores contra incendios funcionaran tarde, luego de que nos mojáramos, luego de la intervención de los bomberos, de que la policía me detuviera contra el patrullero, luego de que los paramédicos revisaran mis heridas y luego de que un enojado padre de Sharlod me golpeara la cara junto con un Director de escuela clamando piedad a disculpas casi vergonzosas, luego de todo eso, finalmente me acosté en mi cama, otro día, la misma mierda. Seguía doliéndome el hombro, espero que Nadal no se ponga loco y me grite algo como "¡Arsen, te voy a expulsar!", por alguna razón me reí ciegamente en la oscuridad.
Eso esperé...
-¡¡¡ARSEN, TE VOY A EXPULSAR!!! -Nada cambió.
-Espere... un momento, no terminé de relatar todo el embrollo.
-Ah, no, no, no, usted terminó con esto, ter-mi-nó. -tomando un papel del folio de una carpeta azulada, acomodó sus lentes y prosiguió a leer. -"Un aula desordenada con rastros líquidos, entre ellos sangre y nafta, y otros de índole corporal, se hallaron dos sujetos, hombre y mujer en la escena, se pretendió vandalismo en un principio, luego se caratuló como privación de la libertad y previo acceso carnal por parte del susodicho masculino Arsen, Tadeo. Se confirmó como víctima, una joven de nombre Holmes, Sharlod, ambos alumnos del Instituto..." y todo lo que sigue es un cambio repentino de los hechos, Sharlod dio su versión de lo acontecido y concordó con la tuya, así que su padre decidió absolvernos de los cargos sobre todo los que pesaban en tú persona.
-Bueno, es lo mínimo que podría haber hecho, la salve en dos ocasiones, aparte no es cierto eso de que le quise "entrar", bueno, está buena la pendeja y me gustan las bajitas, pero... como usted sabe yo no tengo gustos tan raros... aunque quizás... mmm, no... pero... no, definitivamente neeeee...
-¡¿Qué decís?!, no terminé de hablar, Arsen. En lo que respecta al Director, está como loco intentando hacer que no saquen a Sharlod del Instituto, no puedo creer que tus tonterías nos cuesten a un alumno tan brillante, además los medios podían haber hecho trizas la imagen del colegio, ¿no pensás acaso en los problemas que podría traernos?. En fin, quizás debamos llevarlo directamente al consejo estudiantil, de esta forma nos cercioramos de que seas juzgado como se debe...
-Perdonen, chicos, dios... como odio estos tacones, mierda... -Pilar aparecía de entre los escritorios, con una queja sobre tacones y unas zapatillas en su mano derecha se acercó a nosotros. -Profesor Nadal, es mi deber comentarle sobre el incidente de anoche, parece ser que se confirmó que unos vándalos estuvieron ayer rondando por el colegio y estos valientes chicos los detuvieron aunque al parecer escaparon, Arsen logró salvar a la señorita Holmes casi sacrificando su vida por ella, su padre está muy agradecido y apenado -se dirigió a mí- por golpearte en el rostro, por otro lado, todo lo referente a su investigación está ya por demás hecha, como de costumbre puede retirarse. -Nadal se adelantó con un tono de reclamo.
-Eh... disculpe rectora, Arsen hizo más que suficiente en todo esto, debe ser juzgado por el consejo.
-Señor Nadal, ¿acaso no ha hecho usted suficiente ya?, somos profesores ante todo, docentes que forman alumnos con la experiencia y la paciencia, no con la rectitud y el mando, ¿está usted cuestionando mis métodos? -Nadal, intranquilo, parecía querer abrir su boca pese a su perturbación por las palabras de la rectora Pilar, aun así se saco los lentes, los empaño y se los volvió a colocar, limpiándose con la mano el poco sudor de su frente, continuó.
-No, Rectora, jamás haría algo similar, mis disculpas, me retiro. -Desviando toda probabilidad de reprimendas, Pilar me había salvado, el jefe de preceptores se desvanecía entre las puertas del aula.
-Gracias por sacarme las papas del fuego, a veces se pone como loco con estas cosas y piensa que cada problema del colegio es mi responsabilidad.
-¿Tu responsabilidad? -Acomodándose las zapatillas, se puso las manos al rededor de su cintura, frunciendo el ceño me observó -¿Qué hay de mí responsabilidad?, ese disturbio casi se jode toda la escuela, lo único que realmente importa es que ustedes dos salieron "casi" ilesos, además, ¿cómo anda tu hombro?
-Bueno, podría decir que cautericé la herida con las llamas cuando me tiré en ellas para cortar el camino de nafta, debo decir que maté dos pájaros de un tiro, dolió como el carajo, más que los golpes que recibí. Y seguramente querrá saber sobre los vándalos, ¿no?, ya dí parte a la policía de todo así puede usted estar tranquila. -Su rostro cambió ligeramente a uno más dubitativo.
-¿Seguro?
-Totalmente. -respondí.
-Si ese es el caso, necesito explicarte un par de cosas.
-Soy todo oídos.
Una vez fuera del bardo, los sermones y el horario escolar, nuevamente me senté en mi ansiado banco en los "suburbios" del colegio(mi lugar de relax) intentando digerir las cosas, escribiendo ideas para mi novela. Estos días se culminaron como "agonizantes" en cierto modo, mi cabeza bombardeada de eventos tragicómicos y una expectante humareda de cosas sin sentido me habían dejado agotado mentalmente, puedo llegar a decir que ser escritor es el trabajo más difícil del mundo porque hasta la fecha no tenia ideas ni inspiraciones cuyas razones derivaban en mi bloqueo artístico. La vida es así, o eso creo. Note un aroma dulzón en el aire, que raro no sabía que en otoño florecían las rosas.
-¿Todavía acá? -Bianca apareció detrás mío con su uniforme característico, su cabello suelto lacio y rojizo parecía mimetizarse con el anaranjado atardecer, un viento levantaba las pocas hojas amarillentas del suelo.
-Si, estaba intentando pensar algo.
-¿Pensas?
-Dale boluda, en serio te digo.
-¿Qué pensas? ¿Sobre los incidentes de ayer?
-¡AH, SÍ! -Me levanté del banco casi exaltado- ...ayer me cagaste la vida con tu llamado.
-¿Yo?, Seguí tus indicaciones al pie de la letra, la culpa es tuya.
-Podrías haberme mandado un texto, ¿no?
-No, dijiste que "te llamara" pasado los quince minutos y bueno, eso hice. Por cierto, felicitaciones por salvar a Sharlod.
-Mierda, ¿qué tanto sabes?
-¿No te enteraste?, todos en el colegio rumorean del anónimo héroe que salvó a una indefensa y glorificada alumna de cuatro desconocidos. A decir verdad para ser un idiota tenes facultades como salvador.
-Ni que fuera Jesús, che. Ah y "por cierto", no la saqué barata gracias a tu ayuda.
-Deberías agradecerme por llamar a los bomberos, a la policía... y no te olvides la ambulancia, aunque había llamado primero a la ambulancia, bueno, andan muy vagos los servicios de salud hoy en día. -Refunfuñé y a regañadientes solté un "Gracias".
-En fin, todo terminó bien... aunque "relativamente", todavía nos falta encontrar a su gato. -Me volví a sentar.
-Mmm, es cierto, se suponía que el objetivo era encontrar su mascota.
-Tal cual, de todas formas, estoy un poco cansado, fue una semana algo complicada.
-"¿Algo complicada?". -Su ironía no me hacía nada mal, pero tampoco nada bien, parecía desmoronarse de la risa tal que se sentó a un lado mío en el banco, intentando acallar sus carcajadas con la mano se forzó a hablar. -No... puedo creer... que tengas ese pensamiento tan tranquilo.
-Tengo que estar tranquilo, mira, no es difícil estarlo en complicaciones todos los días cuando uno ya se ha acostumbrado a eso.
-¿Tuviste algún drama previo a todo esto?
-Bueno, no digo que no... obviamente tampoco soy una persona famosa, aunque, todos tenemos cosas, ¿y vos?, estoy seguro que tendrás algún que otro secreto por ahí. -Mirando al sol morir entre los edificios, ella perdía sus ojos entreabiertos en los árboles aledaños, un sentimiento de extraña soledad inundó sus palabras.
-Tadeo, la gente más desgraciada es aquella que no puede olvidar, absolutamente nada. -Esos ojos me recordaron a algo.
-Me gustaría pensar en todo, ¿sabes?, no debemos esforzarnos más allá de esto. -Me levanté, observé a Bianca como en trance, le extendí la mano. -Por el momento, vamos a arreglar el taller, ¿dale?
El lugar era un verdadero desastre, nos tomó casi una hora dejarlo más o menos como estaba, Bianca resultó ser de más ayuda de lo esperado y todo ya estaba casi listo, en eso mi inquietud tomo forma de nuevo, en eso nuevas dudas reformularon mi mente.
-Realmente fue una noche jodida.
-Supongo, esos chicos se escaparon al final.
-Si y no.
-¿Por?
-Sharlod me comentó que los vió buscando algo acá y la retuvieron al verla. ¿Por qué pasarían de ladrones a violadores?
-Bueno, hoy en día los ladrones son capaces de todo.
-Exacto, pero, ¿sospecharías de unos ladrones de aproximadamente diecisiete años?
-Yo también lo supuse, algo acá anda...
-...mal, créeme que lo sé. Algo acá definitivamente no está bien.
-Te entiendo, no podría explicarlo bien, es como si todo fuera tan...
-...perfecto, ¿no? -Terminé nuevamente la frase de ella.
-Así es, esos chicos estaban buscando "algo acá", lo que nos sugiere pensar qué era y por qué acá.
-¿Se pone interesante, verdad?, ¿qué te hizo pensar aquello?
-Esperaba que me lo preguntaras, mis dudas surgieron a raíz de algunos rumores de fantasmas en los pasillos a la noche, solo un idiota o un supersticioso creería eso. Claro está que yo no lo creí, no existe tal cosa aunque... cabía la posibilidad de que fueran ladrones, nuestro instituto es privado por ende objetos de valor tiene.
-En eso tenes razón, ¿aunque serían ladrones entonces?
-No lo creo, dijiste que ellos eran ladrones, ¿qué podrían robar de acá?, no existe nada de valor relativo. Entonces existe algo de valor pero no como pensamos, ellos buscaban otra cosa.
-Así es, no tiene nada que ver con dinero, ahora deberíamos enfocarnos en el objeto de su interés. -En ese momento, sentí una aparición brusca, una sombra que se abalanzó frente a uno de los muebles y luego descendió directamente en la mesa, Bianca se asustó e instintivamente retrocedió a mis espaldas para abrazarme. Enseguida detecté lo que era un animal.
-¿Un gato?, Bianca, es un gatito no pasa nada.
-Eh... ¿Solo un gato?
-Así es, haceme el favor de soltarme, por favor.
-Ah... eh... cierto, perdón, fue un reflejo.
-Como digas, a ver. -El animal parecía amigable, lamiéndose la garra para lavarse la cara y relamiéndose para repetir el proceso noté su color enteramente negro, al rededor de su cuello un collar del mismo color casi imperceptible. Levanté al gato y todo fue claro para mí. -Puedo decirte dos cosas.
-¿Cuales? -preguntó jugando con uno de sus largos mechones.
-La primera, tu teoría es correcta y la segunda, te quedaste a la mitad.
-¿Entonces? -Pose una mano en su hombro.
-Bianca, ser escritor es el mejor trabajo de mundo.
Continuará.